miércoles, 31 de diciembre de 2014

Chile tiene la tasa más alta de Cesantes Ilustrados, es decir, personas que pagaron un instituto, CFT y/o Universidad por un periodo determinado, inclusive solicitando un crédito, pero que hoy no encuentran trabajo en lo que estudiaron o simplemente se encuentran cesantes.

Juventud Profesional en Chile:
Pobres, Explotados, Cesantes y Endeudados

Por: Dr. Sergio Cousiño M.
Consejero Nacional Colegio de Cirujano Dentistas
Federación de Colegios Profesionales Universitarios de Chile






El 26 de Junio de 2014, en el ex Congreso Nacional, se realizó el Seminario de la Federación de Colegios Profesionales Universitarios de Chile bajo el nombre “Mejores Profesionales para Chile”. En este seminario uno de los temas abordados fue “la calidad de la educación en Chile” y específicamente de la educación superior universitaria, ya que a juicio de la Federación, “la calidad de formación que reciben actualmente los profesionales en Chile, no es la que quisiéramos”, señaló Marcelo Castillo, presidente de la Federación.

Los jóvenes entre 15 y 29 años, suman una cantidad de 4.188.552 personas. De esta cantidad, 1.475.405 jóvenes cursan alguna carrera en la educación superior, de los cuales 504.607 son técnicos superiores y 970.798 son Universitarios. Esto que para algunos representa un éxito del modelo educativo chileno, ya que ha dado acceso a la educación superior a quienes antes no la tenían, en la práctica ha resultado ser un problema social grave, ya que este sector de la juventud, es el que vio en la educación superior, una oportunidad para elevar sus ingresos y así mejorar su calidad de vida, para lo cual se vieron en la necesidad de pagar y endeudarse, con el objetivo de obtener un título técnico y/o Universitario. Sin embargo, este anhelo de movilidad social, ha sido profundamente cuestionado por la realidad laboral de estos jóvenes, quienes salen al mercado a vender su fuerza de trabajo calificada, con el sueño de obtener mejores salarios. Muestra de ello es el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el que establece que Chile tiene la tasa de licenciados desempleados más alta de los 34 Estados pertenecientes a este organismo con un 5,4%, y le sigue México con un 4,8% de licenciados desempleados.

Chile tiene la tasa más alta de Cesantes Ilustrados, es decir, personas que pagaron un instituto, CFT  y/o  Universidad por un periodo determinado, inclusive solicitando un crédito, pero que hoy no encuentran trabajo en lo que estudiaron o simplemente se encuentran cesantes.

La Encuesta Nacional de la Juventud 2010, concluyó que sólo el 32% de los jóvenes profesionales trabaja en algo relacionado con la carrera estudiada, mientras que  un 56,7% de ellos, no se encuentran desempeñando una labor relacionada con sus estudios. Además, el 24,7% de quienes ya poseen un título se encuentran cesantes. De todos estos jóvenes, 114.487 son mujeres con estudios técnicos, profesionales o de postgrado que están desempleadas. A ellas se suman, 110.218 hombres con igual formación profesional que son los llamados cesantes ilustrados. Finalmente, un 53,38% de estos profesionales afectados posee un rango de edad entre 26 y 35 años de edad, quienes además se caracterizan por tener muy bajas aspiraciones salariales, hecho que se demuestra con que sólo el 17,8% de ellos, aspira a sueldos superiores a los $500.000, en cambio el 48% restante, aspira a un sueldo de hasta $300.000 pesos, esto evidencia que estos jóvenes endeudados por el sistema educativo chileno, no aspiran a un sueldo digno, sino que se conforman con un sueldo que les permita poder pagar su deuda. En total, todos los profesionales cesantes, contabilizados por el Instituto Nacional de Estadísticas, son 544.680 personas.
 



Fuente: Encuesta nacional de la Juventud 2010

En los últimos cinco años la cantidad de titulados del sistema chileno creció 50,3%, alcanzando los 156 mil titulados en el año 2012. Las instituciones que mayor incremento han experimentado son los Institutos Profesionales. La tasa de titulación de los programas de Educación Superior ha ido en notorio aumento en el sistema chileno. Según datos del Servicio de Información de Educación Superior (SIES), del Ministerio de Educación, pasamos de 104.055 titulados en 2008 a 156.436 en el año 2012, considerando tanto programas de pregrado, como postítulo y posgrado. Las cifras del SIES evidencian un incremento a nivel global de la cantidad de titulados del 50,3% en los últimos cinco años. Algo similar a lo que ocurre específicamente con los titulados de carreras de pregrado, que en igual periodo aumentaron en 50,2%. En el caso de los titulados de posgrado el aumento ha sido aun mayor, llegando a 75,5%.

Según el informe Titulación 2012, elaborado por el SIES, de las 156 mil personas que se titularon en 2012 en educación superior, la gran mayoría (136.421) corresponde a titulados de carreras de pregrado. El resto se reparte entre titulados de postgrado (10.414) y postítulo (9.601). En relación al tipo de institución de educación terciaria desde la cuales se titulan los chilenos, se evidencia que el 60,6% de los titulados en 2012 lo hicieron de una universidad; 23,6% de un instituto profesional (IP) y el 15,8% de un centro de formación técnica (CFT).

Acerca de la tasa de titulación y el tipo de institución de educación superior, el informe del SIES muestra que los IP son los que más han aumentado su titulación en el período 2008 – 2012, por sobre los CFT y universidades. Este tipo de instituciones, donde se imparten carreras técnicas de nivel superior y profesionales sin licenciatura, incrementó la tasa de titulación en 98,8% en cinco años, pasando de 18 mil a casi 37 mil titulados en el año 2012.  En el caso de los CFT, el alza en las personas tituladas en igual periodo es de 71,3% y 33,4% en las universidades.

Ahora, si el análisis se centra solo en las universidades, se puede observar que las privadas muestran un incremento en sus tasas de titulación de 51,3%, en el período 2008 – 2012. Muy por sobre las universidades pertenecientes al Consejo de Rectores (Cruch), que en igual período experimentaron un alza de titulación del 14,7%. La movilidad social prometida por las Universidades Privadas e Institutos Profesionales que junto con la Banca, utilizaron el Crédito con Aval del Estado desde el año 2006, no era tal, ya que las empresas que contratan profesionales siguen privilegiando a los titulados de las Universidades con mayor tradición y que a su vez son las más inalcanzables para el grueso de la población nacional.

Si separamos a los jóvenes profesionales por el estrato social al cual pertenece su familia (como lo muestra la Encuesta del INJUV), nos encontramos que en el grupo A, B, C1 la inserción laboral en la carrera estudiada alcanza al 60% de los profesionales, a medida que vamos bajando el nivel socioeconómico al cual pertenece el joven, la inserción laboral disminuye también significativamente, hasta llegar a poco más del 10% en el segmento socioeconómico E.



Fuente: Encuesta nacional de la Juventud 2010

La explicación a esta situación, no es muy complicada de entender, ya que diferentes investigaciones, entre ellas, la realizada por Trabajando.com, establece a partir de una muestra de 11 mil personas, que el 97% de los encuestados, están seguros que en Chile pesan más las redes informales de contactos que la meritocracia, opción elegida por sólo un 3%. Por otra parte, el 48% de los chilenos, ha visto en su trabajo cómo las redes informales son la principal forma de contratación, otro 42% lo ha vivido en carne propia y está donde está, gracias a un conocido. Finalmente, el 10% restante, también está de acuerdo con esta afirmación, pues lo ha presenciado con amigos y conocidos.

La información anterior, nos revela que si no poseemos las redes y contactos necesarios, no encontraremos trabajo. Esta realidad ocurre cuando el trabajo no es garantizado como un derecho constitucional, situación que ocurre principalmente en los países Neo liberales, y puntualmente en Chile, en donde la cesantía  se disfraza de falsa empleabilidad, situación que se expresa en que en nuestro país existen 1.053.281 asalariados que no tienen contrato de trabajo, son trabajadores que reciben órdenes, cumplen horarios, son subordinados, pero sin contrato de trabajo, sin posibilidades de sindicalizarse ni de negociar colectivamente, y sin protección laboral. Son Falsos Asalariados y a nivel nacional
equivalen a casi el 17,9% del total de asalariados.

Según un informe del Ministerio de Educación del año 2013, se establece que las carreras universitarias con mayor empleabilidad son las ingenierías, entre ellas: Ingeniería Civil en minas, Ingeniería Civil Metalúrgica, Ingeniería Civil mecánica, Ingeniería Civil eléctrica, Ingeniería Civil en finanzas. Al otro extremo, algunas de las carreras con menor empleabilidad son Técnico en educación Diferencial, Actuación, y Técnico en educación de párvulos. El mismo año, Laborum.com publicó el ranking de las diez profesiones universitarias más colapsadas en Chile, la empleabilidad de ellas varía entre el 10 y 30%. Medicina Veterinaria (10%) Relaciones Públicas  y Psicopedagogía (12%), Biología, Psicología y Sociología (15%) Periodismo, y Derecho (25%) Diseño y Arquitectura (30%).

Por otra parte, el 56% de los nuevos empleos asalariados que se han creado en los últimos 45 meses, se han generado a través de tercerización o subcontratación (y suministro), formas flexibles que reducen la probabilidad de empleos protegidos, complejizan la organización sindical y reducen el valor del trabajo. Finalmente, se encuentran los sub empleados, que en Chile registran una cantidad de 682 mil personas, quienes trabajan pocas horas a la semana y que desean y están disponibles para trabajar más. El 50% de estos trabajadores gana menos de $80.450 pesos al mes.
Si relacionamos esta última información con el desempleo profesional, nos daremos cuenta que el trabajo por cuenta propia, el sub empleo, y el sub contrato, son las formas de trabajo que terminan realizando el 54% de los profesionales que no ejercen su profesión. Esta situación ocurre, entre otras cosas, porque existe una sobre oferta de Universidades, IP y CFT, las que indebidamente han sido acreditadas por la Comisión Nacional de Acreditación, ya que bajo ninguna circunstancia, su sobre oferta  de profesionales será absorbida por los empresarios y las instituciones públicas. Esta situación, en ningún caso es azarosa, ya que se tiene claramente pronosticada, lo que viene a constatar el total desinterés de estas Universidades-Empresas, porque sus estudiantes egresados de sus instalaciones, encuentren trabajo en lo que estudiaron.
Recientemente el Instituto Nacional de la Juventud y el SERNAC (Agosto 2014) han dado a conocer un estudio realizado entre los jóvenes chilenos, para estar al tanto sobre su comportamiento financiero, su accesibilidad al crédito y razones y formas de endeudamiento. Los resultados obtenidos demuestran, con sorpresa,  la relación directa entre endeudamiento juvenil y acceso a educación superior.
El 47% de los jóvenes chilenos posee o ha contraído en el pasado una deuda a su nombre. Las dos principales razones para dicha situación son la presencia de una emergencia o imprevisto (32%), y la necesidad de financiar su educación (25%). Igualmente, dentro del ítem de emergencias se incluyen casos de créditos de consumo para el pago de repactaciones o deudas arancelarias, por ende, podemos asegurar con certeza que el 25% del ítem educación, es incluso  mayor en la práctica, entendiendo que algunas emergencias son en la realidad financiamiento indirecto de la educación. Entre el 43% del 47% de jóvenes que declara tener o haber tenido endeudamiento, menciona hacerlo debido a un crédito universitario.
Otra conclusión del estudio es que el 29% de los muchachos encuestados dice no estar al día en el pago de sus cuotas; mientras que el 20% ha estado en Dicom. Además, un 45% del total cree que no dejará de estar endeudado de aquí a 12 meses.
Para empeorar aún más las cosas, los estudiantes que ingresan a la educación superior y no encuentran trabajo, deben de igual forma pagar su deuda, y si no tienen un trabajo que les permita pagarla, el sistema subsidiario que tenemos, permite que el Estado, es decir el pueblo y los trabajadores, pagarán esta deuda a los bancos. Esta deuda la pagamos nosotros, pero el Gobierno es el responsable de cancelarla, a través de la ejecución del presupuesto para la educación superior, el que este 2014 equivale a una cifra superior a los $362.000 millones de pesos. Esto significa que el 40% del dinero destinado a la educación superior está destinado a llenar los bolsillos de la banca privada.

Y si esto fuera poco, según el Banco Mundial, se establece que, los mecanismos de cobro del Crédito con Aval del Estado, han generado un nivel de morosidad que supera el 50%. Además, según un informe de la Comisión Ingresa, los egresados de la educación superior tienen un orden de morosidad de un 30%, y los desertores de un 70%, y aunque se haya bajado la tasa de interés de un 5,8% a un 2%, la diferencia será pagada por el Estado, a través de una lógica Subsidiaria. Así lo establece la Contraloría General de la República en el siguiente informe: “La reducción de la tasa en comento, se transformará finalmente en un alza del gasto fiscal, toda vez que el Estado, por intermedio de la Tesorería General de la República, pagará a los bancos una subvención implícita por la nueva tasa de interés, en el marco conceptual del recargo”.

Finalmente, los Colegios Profesionales no estamos dispuestos a ser “cómplices pasivos” frente a esta “Cultura del abuso y engaño”. A estos jóvenes chilenos y sus familias se les ha hecho un daño, material y simbólico, que no fue accidental y, a pesar de ello, nadie se ha hecho responsable.  El daño realizado se concentra justamente en los estudiantes y familias más pobres del país, jugando con las esperanzas de la gente que más necesita, desea y se esfuerza por una educación para ganarse la vida honestamente. La colusión entre el  Estado, las instituciones financieras y las Instituciones de Educación son responsables de este daño. Las víctimas son los jóvenes estafados y endeudados del sistema educacional, mediante Crédito con Aval del Estado (CAE), Crédito CORFO, Fondo Solidario (FS), Crédito interno que entregaban Ues, CFTs e IPs y Créditos de Consumo Educacional (CC), esclavizándolos con las instituciones financieras por 10, 15 o 20 años. Por último, se ha dañado a nuestros compatriotas, ya que se está lucrando con recursos públicos, para formar profesionales de mala calidad, que el país no necesita y que no tendrán campo laboral al egresar. Será la clase trabajadora, esté o no calificada, o bien tenga o no tenga estudios superiores, mientras exista este modelo neoliberal, subdesarrollado y saqueador en la educación chilena, la que estará condenada a sufrir y pagar por las desilusiones generadas por el modelo empresarial Neoliberal, el que no sólo garantiza empleos indecentes para los trabajadores y los profesionales en particular, sino que además los condena a vivir endeudados de por vida.

Referencias
  1. “Evolución Matrícula Educación Superior de Chile Periodo 1990 – 2009”, Rodrigo Rolando M., Juan Salamanca V., Marcelo Aliaga Q. (Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SIES) de la División de Educación Superior del MINEDUC, Junio 2010).
  2. “Encuesta Nacional de la Juventud”, INJUV (2010).
  3. “Boletín de Educación Superior”, Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SIES). Mineduc (Diciembre 2013).
  4. “Matrícula 2013, La matrícula en educación superior aumenta y cambia su distribución” Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SIES) Mineduc.
  5. “Expansión de la Educación Superior en Chile” Gobierno de Chile, Ministerio de Educación.
  6. “La Juventud Profesional en el Chile Neoliberal, Pobres, Explotados, Cesantes y Endeudados”, Luis Santibáñez, Los Hijos de Mafalda. (Mayo 2014)
  7. “Las 10 Carreras más colapsadas”, Laborum.com (2013).
  8. “Duración Real de las Carreras y/o Programas. Descripción y Análisis de la Cohorte de Titulados y/o Graduados 2007” Rodrigo Rolando, Juan Salamanca y Jose Israel Rubilar (Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SIES) de la División de Educación Superior del MINEDUC. Marzo 2010).
  9. “Evolución de la Titulación de Educación Superior en Chile. Periodo 1999-2008” Rodrigo Rolando M., Juan Salamanca V. y J. Israel Rubilar (Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SIES) de la División de Educación Superior del MINEDUC. Agosto 2010).
  10. El endeudamiento juvenil alcanza un 43% en educación, SERNAC, INJUV(Agosto, 2014).
  11. http://www.injuv.gob.cl/portal/wpcontent/files_mf/sextaencuestanacionaldejuventud.pdf
  12. http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/26/actualidad/1372200135_974449.html
  13. http://www.lasegunda.com/Noticias/Impreso/2011/09/679924/estudio-entre-58-y-100-de-universitarios-consigueempleo-segun-carrera-y-plantel.
  14. http://www.emol.com/noticias/nacional/2012/08/21/556733/universidades-catolica-y-de-chile-son-las-que-hacen-unmayor-gasto-por-alumno.html
  15. http://www.eldinamo.cl/2014/04/09/empresariado-dono-16-mil-millones-a-la-universidad-catolica-u-de-los-andes-y-deldesarrollo-durante-2013/
  16. http://www.24horas.cl/nacional/para-indecisos-carreras-con-mejor-sueldo-y-empleabilidad-948267
  17. http://www.biobiochile.cl/2013/12/28/las-carreras-cortas-mas-demandadas-y-con-mejores-sueldos-en-el-mercadolaboral.shtml
  18. http://www.mifuturo.cl/
  19. http://www.universitarios.cl/blog/carreras/cesantia-ilustrada-el-fenomeno-que-acecha-nuestros-titulos-l9322/
  20. http://www.trabajando.cl/contenido.cfm?noticiaID=5431
  21. http://www.chile.com/secciones/ver_seccion.php?id=120182
  22. http://www.elciudadano.cl/2014/03/11/102895/pinera-las-cifras-reales-de-fundacion-sol-que-echan-por-tierra-sugestion/.
  23. http://www.elciudadano.cl/2014/03/11/102895/pinera-las-cifras-reales-de-fundacion-sol-que-echan-por-tierra-sugestion/
  24. http://www.elciudadano.cl/2014/03/11/102895/pinera-las-cifras-reales-de-fundacion-sol-que-echan-por-tierra-sugestion/
  25. http://ciperchile.cl/2013/11/11/credito-con-aval-del-estado-cae-los-bancos-siguen-ganando-a-costa-del-estado-y-delendeudamiento-estudiantil/
  26. http://ciperchile.cl/2013/11/11/credito-con-aval-del-estado-cae-los-bancos-siguen-ganando-a-costa-del-estado-y-delendeudamiento-estudiantil/


jueves, 25 de diciembre de 2014

Tribunal de la Libre Competencia falló a favor que el Colegio pudiera tener un Arancel de Referencia.

Estimados colegas
Como es de público conocimiento, en su momento me opuse a la eliminación del arancel de referencia del Colegio de Cirujano Dentistas y particularmente a la eliminación de la UCO, ya que esta debería representar un índice de costos de producción del servicio odontológico.
Por otro lado, el Instituto de Administración en Salud (IAS, dependiente de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Chile) tiene estudios que avalan que el 84% de los dentistas no lleva estadísticas de ventas y por otro, el 94% no tiene matriz de costes, menos aún sabe equilibrarla, en palabras simples, la inmensa mayoría de los colegas no sabe realmente cuanto gana. Como también en su oportunidad lo señalé en el Honorable Consejo Nacional, era imposible pensar que los colegas fijaran sus honorarios basados en su estructura de costes, ya que mayoritariamente la desconocen.
Considerando que el Tribunal de la Libre Competencia falló a favor que el Colegio pudiera tener un Arancel de Referencia, creo que no podemos ni debemos continuar reajustando la UCO tomando como única base la variación del IPC, o peor aún, reajustándola con distintos criterios cada año, lo cual resulta difícil de explicar para cualquier persona.
El objetivo de la UCO es entregar una cifra variable que, indexada a los principales costos de la producción del servicio odontológico, represente la variación del costo de producción que el servicio odontológico ha experimentado en un año.
En mi opinión esos costos están directamente relacionados, entre otros menores, a la variación del índice de remuneraciones, el alza del dólar y al IPC.
En una estructura de costes bien equilibrada, el gasto en recurso humano no debe sobrepasar el 50% de la producción, de manera que la incidencia del índice de remuneraciones es muy alta en la producción del servicio dental (sueldo del profesional y colaboradoras). En los últimos años, este índice ha estado particularmente alto, debemos considerar que tiene la característica de ser acíclico, es decir, su alza o baja se produce retardadamente, tanto en la mejora de la economía como también en su desaceleración.
Por otro lado, los insumos utilizados en la atención dental, en su mayoría son importados, razón por la cual la variación del precio del dólar, incide fuertemente en los costos asociados a la producción del servicio odontológico.
Por último el IPC, incide también el algunos costos, por ejemplo los arriendos de oficinas o dividendos si son propias, el costo de la energía eléctrica o agua potable, etc. Así también en otros insumos de producción nacional utilizados en la atención dental, por lo cual debemos considerar también la variación del IPC.
De este modo propongo asignar un factor a cada uno de estos índices:
Variación Indice de Remuneraciones, obtenido en el INE= 0,5
Variación dólar, obtenido del valor observado en el Banco Central = 0.25
Variación IPC, (o UF) obtenido en el SII = 0,25
Total = 1,00
Adjunto una tabla que, a modo de ejemplo, nos entrega los valores para la UCO del año 2014 y para la del año 2015, utilizando este trinomio para su calculo y tomando como base la última UCO fijada por nuestro Colegio en Enero de 2013.
De manera que propongo un valor de la UCO 2015 de $17.134. Considero que este trinomio, sin ser perfecto, técnicamente refleja bastante bien la variación de los costos, que la producción del servicio odontológico ha experimentado los últimos dos años, el no utilizarlo, implica que no se estará reflejando fielmente los costos para los colegas, lo que en la práctica afectará su rentabilidad en el trabajo, razón por la cual lo envío como aporte a la discusión que llevaremos a cabo en la reunión de Enero del Honorable Consejo Nacional, para fijar la UCO 2015.
Fraternalmente
Dr. Sergio Cousiño M.
Consejo Nacional CCDCH
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domingo, 7 de diciembre de 2014

El Mostrador COLUMNAS
6 de diciembre de 2014

 

Comunidades educativas y Estado









La reforma educacional del gobierno y el debate que ha suscitado la misma, tienen un vacío de orden sustancial que, de no corregirse a tiempo, afectará gravemente el resultado y los efectos de la misma.
La opinión pública escucha la discusión de los actores sociales sobre las reformas a la enseñanza básica, media y universitaria. Se habla del lucro, selección y copago y la imperiosa necesidad de proscribirlos por ser enemigos de la calidad. Así se afirma en los proyectos de leyes en tramitación y sostienen apasionadamente las autoridades de gobierno. Sin embargo, se omite un tema muy de fondo, relacionado con saber, definir y conceptualizar, previamente qué son, en esencia, los colegios o establecimientos educacionales y las universidades. La mayoría de quienes han emitido juicios ponen el acento en la conformación jurídica de tales entes, ya sean públicos o municipales, sociedades anónimas, sociedades de responsabilidad limitada y, en su caso, corporaciones o fundaciones. Acto seguido se sitúa como contraparte de tales organismos directamente al Estado y se propicia que éste debiera tener una intervención activa en la forma, modo y condiciones en que debe desarrollarse la educación o enseñanza. Una especie de intervención masiva del Estado en todo el quehacer educacional; para sus autores, que por sí misma traería aparejada una nueva educación con recursos públicos de calidad.

¿DÓNDE ENCONTRAMOS EL VACÍO?

En la ausencia de toda perspectiva que razone desde la circunstancia de que todos los establecimientos educacionales mencionados, ya sean públicos o privados, de la enseñanza básica, media o universitaria, son comunidades; mucho más allá de la expresión jurídica que se les ha dado en cada caso concreto, a la luz de la normativa del derecho público o privado, administrativo, civil o el derecho comercial. Con frecuencia se tiende a olvidar que los colegios y universidades son cuerpos intermedios entre la persona y el Estado. En esas comunidades viven y se desarrollan las personas, tal como sucede a la par con las familias. Son el punto de encuentro de las personas, desde su primera edad hasta que alcanzan algunos a egresar de las universidades.
En la enseñanza básica y media nos encontramos no sólo con el propietario y dueño del establecimiento, sino que también y vitalmente con sus profesores y con los centros de padres y los centros de alumnos. Los niños, ya desde el prekínder, van aprendiendo a vivir y a relacionarse con los otros. Se integran los miles y millones “yo” con los millones de los “otros”, y así se va conformando la sociedad con un “nosotros”. El primer nosotros nace en la familia. Más tarde ese “nosotros” se amplía cuando el niño acude a la sala cuna, al jardín infantil, al colegio y se encuentra con su comunidad educacional, la comunidad de compañeros y compañeras de curso, la comunidad de sus maestros y la relación vital de los padres que se agrupan en cada uno de los cursos y que hacen vida social comunitaria. Esa comunidad con sus compañeros que se manifiesta también en fiestas de cumpleaños, celebraciones de premios, actividades deportivas y recreativas, reuniones de padres y madres, fiestas de colegio y, fuera del establecimiento, es parte de una relación comunitaria diaria, que muchas veces se prolonga a lo largo de toda la vida.
Si llegan a la enseñanza superior, de carácter universitario o de otra índole, se incorporan a un organismo más complejo cuya calidad no está determinada por la cantidad de subsidios, becas, préstamos o rentabilidad del capital social de los inversionistas o por la forma jurídica específica que se haya adoptado, sino que por la efectividad de ser ellas verdaderos templos que buscan y construyen la verdad, o las miles de verdades que conforman el pleno conocimiento en las áreas de las ciencias sociales, jurídicas, psicológicas, físicas, químicas y de tantas clases y especies de saberes que han ido surgiendo en el curso de los tiempo. Así se va construyendo el Chile actual y el del mañana próximo y remoto.
Las reformas llamadas educacionales, debieran llamarse culturales. Estas últimas permiten, que cada hombre, mujer o niño se forme, vaya adquiriendo su propia concepción del mundo, desde su íntima y personal perspectiva. Aquí debiera estar el acento fundamental de todo cambio o transformación. Debemos pensar qué hacemos para que se deje de hablar sólo de las reformas educacionales y se entre de lleno a dialogar y conversar, en todas las comunidades que existen en el país, sobre la cultura, sobre ese saber existencial que hace que todas y todos fortifiquen su esencia y dignidad de personas. Alejada la educación de la cultura se transforma en entrenamiento o desarrollo de habilidades.
Las materias del orden estrictamente económico, aunque importantes, debieran estar en un lugar secundario, pues son meramente instrumentales. Por cierto que son muy importantes, no se puede prescindir de ellas, pero lo que es relevante es que las actuales y futuras generaciones de niños, jóvenes y menores adultos elaboren en profundidad una cultura propia.

Una cultura que se funde en nuestra propia realidad geográfica e histórica. Como decía Pablo Neruda, en su Canto General, en el principio no fueron las cascadas, sino que los ríos arteriales. Como dice la Biblia, en el principio y después de la oscuridad vino la luz, que los científicos tratan en su teoría como el Big Bang. Tiene que haber cultura en los maestros, profesores, directores de escuela, decanos, rectores, directores y profesores de universidades. La prioridad de Chile debiera ser cómo hacemos cultura. Desgraciadamente, en estas tierras por un lado marcha el Ministerio de Educación y por otro el Ministerio de la Cultura, pese a que la Educación en su sustancia y ser vital es hacer cultura. Cuando se habla de que el fin último de la reforma educacional es la calidad de la educación, nunca se ha mencionado –ni por los rectores de las grandes universidades públicas, ni tampoco por las autoridades políticas– la cultura propiamente tal; y se ha omitido que son los cuerpos intermedios, las comunidades de base, las juntas de vecinos, los centros de madres, los colegios con sus centros de padres, los centros de alumnos, los claustros académicos, las iglesias, cualquiera que sea su confesión y los organismos laicos, los que crean y hacen cultura.
Lo que se ha producido en Chile es una disociación completa, entre enseñanza y cultura y una omisión relevante sobre la esencia misma de los establecimientos educacionales, que son y debieran ser centros culturales, centros vitales de la creación y transmisión del conocimiento y de la verdad o, mas bien dicho, expresión de las múltiples verdades que se descubren y se van conociendo. Con mucha sabiduría se ha dicho que la verdad es una figura geométrica de infinitos lados. Los niños y jóvenes deben adentrarse en ese mundo. En ese que comienza en la comunidad pilar de toda sociedad: la familia. Hoy se habla de diversas clases de familias, lo que por cierto reconocemos como una realidad. Digamos que nuestras vidas comienzan cuando nos acunan al nacer, cuando nos reciben en este mundo, en un hogar de afectos, de cariños y de tantos amores. Cuando vamos creciendo llegamos con sorpresa y a veces también con miedo a la pequeña comunidad del prekínder, si es que antes no hemos pasado por la sala cuna y el jardín infantil. A medida que va pasando el tiempo, hoy en mayor número que antes se llega a la universidad. Allí, en esa gran comunidad del saber, se debe buscar siempre, más que un título profesional o una destreza técnica, una cultura e identidad. Las universidades son comunidades del saber. Este debe ser plural. Todas las visiones y perspectivas debieran ser recogidas en esos centros del saber.
La intervención del Estado, aun en sus propias instituciones, que tanto hoy se reclama como principal, debe ser muy racional, para dejar que estas comunidades o cuerpos sociales intermedios crezcan y se desarrollen en libertad. La libertad no es contradictoria con la igualdad. Es deseable y constituye una aspiración noble de la mayoría del país que exista igualdad de condiciones en la educación y en las universidades. Esa igualdad no está en contradicción con la libertad que deben tener los cuerpos intermedios. Ya que conjugando estos dos valores –la libertad e igualdad–, se puede construir una sociedad mucho más fraterna. Esta sociedad fraterna solo se puede construir desde la base a través de una sociedad formada por comunidades, y especialmente por las comunidades de comunidades, en la que los centros educacionales son los más importantes para una vida en común con muchos, pero con plenas libertades.
Las comunidades cohesionan los cuerpos sociales. En ellas pueden convivir diversas culturas, igualmente distintas naciones. Todas pueden dialogar y conversar en las comunidades. Estos son los organismos o cuerpos intermedios que existen entre las personas y el Estado. Así como los derechos fundamentales se estructuran para defender a las personas ante el poder del Estado, debiera valorarse al máximo el derecho a formar comunidades, y ser parte de ellas. Por ello, por violar su esencia, no pueden ser absorbidas total y completamente en su organización y dirección por el Estado.
Cuando el Estado se inmiscuye en todo y todo lo controla, dirige y fiscaliza, las comunidades se resienten y como son organismos no solo de orden social, sino que corresponden también a factores de carácter biológico, las comunidades cuando son intervenidas, sin observar previamente la política del diálogo, del acuerdo, del necesario consenso democrático, se termina por romper la base misma de la sociedad; sus comunidades mueren o subsisten languideciendo.
Son estos sistemas de relaciones múltiples y complejas los que hacen posible a la sociedad, vehículo multiforme, que vincula al Estado con los individuos que devienen en personas, dotadas de una dignidad intrínseca, superior y anterior al Estado.
Este punto de vista, que hemos brevemente reseñado, no ha sido, a juicio nuestro, aún realmente incorporado al debate ni a la formulación del necesario orden legal. Y hoy cuando todo se quiere cambiar, tiene que comenzarse a hablar de las comunidades de comunidades, del mundo que hay en cada una de ellas, que son agentes de cambio en la base social. Todo el ordenamiento constitucional fundamental debe estimular, proteger y amparar a estas comunidades, a la familia, a los colegios y a las universidades.
El derecho a vivir en una comunidad y el derecho de ésta a existir, cualquiera que se la forma jurídica que adopte, siempre que no sea contraria a la moral, a las buenas costumbres o al orden público, tiene que estar realmente amparado, por la Carta Fundamental. El legislador podrá dictar todas las leyes que quiera, en uso de su potestad legislativa, pero no podrá aunque lo intente inmiscuirse más allá de lo estrictamente necesario para resguardar los valores señalados, en el funcionamiento de tales organismos intermedios, ya que allí se juega la libertad, la igualdad y la fraternidad.
Estos principios y valores de nuestra sociedad y que corresponden a la civilización de la cual formamos parte y que queremos seguir integrando, deben siempre tenerse presente por los cuerpos u organismos públicos fundamentales que dictan leyes, elaboran reformas constitucionales o introducen transformaciones al ordenamiento jurídico positivo, especialmente en lo relacionado con la enseñanza y la cultura.
La sociedad chilena debiera estar discutiendo, en una gran conversación colectiva, muy distinta al criterio descalificador que vemos en una especie de verdadera asamblea constituyente cultural, la cultura propiamente tal que queremos para Chile, la pluralidad cultural, el carácter plurinacional de nuestro Estado. Todos debiéramos estar preocupados de cómo se transmite y crea el conocimiento en la actualidad; cómo se conocen las cosas y los seres en las comunidades de base de la sociedad, en los olvidados cuerpos intermedios educacionales y culturales. Nos gustaría conocer cuántos académicos tiene actualmente Chile, cuales son las investigaciones que están realizando, los trabajos publicados en revistas de carácter internacional, los descubrimientos realizados; cómo se está creando conocimiento y cómo está cambiando la forma de pensar, en un mundo que abandona cada vez más la lectura y se transforma para los más jóvenes en audiovisual, digital o meramente tecnológico y que hace cambios estructurales en las técnicas de aprender, que influyen en su funcionamiento neurológico. De allí que siempre se habla y con autoridad, que todo comienza en la sala de clases. Nosotros decimos que todo comienza en la sala cuna y de allí se va caminando en una larga ruta que debiera ser de afectos, de sentimientos y de conocimiento de otros.
Chile necesita realmente un cambio profundo de contenido humanista y no de criterios meramente economicistas. La reforma educacional que votamos no puede ser única y exclusivamente un debate económico, una discusión de cifras, de encuestas, de porcentajes; debiera ser el debate de una sociedad abierta, llevado a cabo en los cuerpos intermedios, en las comunidades mismas.
Si queremos corregir el modelo neoliberal con su carga de individualismo extremo, es preciso presentarle batalla con verdaderos contenidos y no con eslóganes o simples titulares de noticiarios de televisión, o conceptos simplistas tipo Twitter.
No parece tan obvio, pero en el fondo estamos asistiendo a una gran batalla cultural en este campo. Un combate que es parte de una interminable lucha por las ideas. Para la derecha, los colegios son meros centros de aprendizaje, fábricas de expertos e incluso una de las muchas actividades lucrativas posibles. Para la izquierda, es una cuestión sustancialmente estatal, dirigida y controlada por el Estado. Para nosotros, es una materia distinta que exorbita esas categorías y que se opone frontalmente a las reducciones de las anteriores visiones. Por eso pedimos un esfuerzo colectivo para mirar y reflexionar sobre los conceptos expuestos. Así la tarea del Gobierno y el Congreso y por cierto de la ciudadanía podrá ser fructífera y conducirá a una especie de tarea nacional y popular, comprensible para la ciudadanía.
En la interpelación al señor ministro de Educación se hizo referencia a un estudio de la Universidad de Chile sobre los colegios que fracasaron, más de 3000, en 15 años. Nadie se condolió del drama que ello envuelve, más bien se celebró que ello demostrará que no era grave ni nuevo y que así opera el mercado. El estudio aludido aún en proceso asegura que la “industria de la educación” es muy compleja. Qué grave considerar que la educación se somete a las puras reglas del mercado como cualquier comercio o industria.
Es una mala y degenerada aplicación de la economía a un tema que se debe regir por otros cánones en lo substancial.
Como sostenía, ya en el año 1943, Jacques Maritain: “El campo de la enseñanza es el campo de la verdad –la verdad especulativa y la verdad práctica. La única influencia que domine en la escuela y en la universidad debe ser la de la verdad, la de las realidades inteligibles, cuyo poder iluminador obtiene por su sola virtud –no por la de la autoridad humana o del magíster dixit– el asentimiento de un espíritu abierto dispuesto a pronunciarse de una manera u otra sobre la fe de la evidencia. Sin duda el espíritu abierto del niño se halla aún desarmado e incapaz de juzgar sobre la fe de la evidencia; por tanto, él deberá creer a su maestro. Pero desde un principio, el maestro tendrá que respetar en el niño la dignidad del espíritu, deberá apelar a la capacidad de comprensión del niño y concebir su propio esfuerzo como algo que ha de preparar a un espíritu humano a pensar por sí mismo”. ¿Y qué significan tales conceptos?: libertad, mayores espacios de libertad, respeto de la dignidad de toda las personas y más comunidades.
Podemos decir, plenamente convencidos, que la reforma educacional que hasta ahora impulsa el Gobierno y la Nueva Mayoría no se orienta, hasta donde sabemos, a considerar cabalmente la realidad que representan las comunidades de comunidades, que existen en el ámbito educacional. Han olvidado, tal vez sin quererlo o guiados por una visión ideológica equivocada, la cultura, la vigencia y existencia de los cuerpos intermedios que conforman la sociedad. Se requiere, como tarea de extraordinaria importancia, una misión colectiva cultural y educativa, personalista, humanista y vitalmente comunitaria. Sólo desde este punto de vista, se podrá construir una reforma educacional con más sentido y contenido humano, que multiplique los afectos en la sociedad chilena. Por este cambio cultural debiera jugarse el país y aquí debiera estar el centro del debate, no en los temas económicos o econométricos que seducen a tantos y que han hecho que olviden el centro mismo del problema: las personas y su pertenencia a las comunidades.
Prontamente se presentarán proyectos de leyes sobre la educación estatal, radicada hoy en el nivel municipal. Se escucha decir que el Estado pasaría a tomar a su cargo tal educación, a través de órganos o agencias estatales descentralizadas o desconcentradas. Pero hay mucha oscuridad aquí. Una Educación Pública, concebida solo así, es una simple estatización de la misma. Habría que pensar más bien en una educación pública con fuertes dosis de autonomía respecto del Estado, poniendo el acento en lo comunitario. Lo público no está exclusivamente en el Estado. También hay Educación Pública cuando esta es realizada por comunidades o cuerpos autónomos, regionales, municipales o locales ajenos al Estado, que cumplan fines públicos y que deben incorporar en sus estructuras la participación activa de los docentes, de los padres y madres, y de los propios alumnos y alumnas, en la proporción adecuada, en todo el proceso educacional, según sus conocimientos, méritos y preparación.
También se presentarán proyectos de ley sobre las Universidades. Esperamos que antes de hablar de aportes basales fiscales, presupuestos y gratuidad, se converse y dialogue en las comunidades universitarias, sobre la misión de las universidades. Sobre los aportes creativos de los universitarios. Después de concertada cuál debiera ser la misión de las universidades chilenas, debería la necesaria autonomía de ellas quedar resguardada en la Constitución. Solo así podrán transmitir conocimientos y abrir caminos a una juventud culta, con concepciones y visiones humanistas sobre la vida. Si se hace esto, que es pura comunidad, se estaría construyendo un país solidario. Una nación, país o Estado es un proyecto de ideas y tareas, es más que un pasado común, es más que los mares, ríos valles y montañas. Es un propósito común de una sociedad plena de comunidades debidamente articulada que crea confianza y hermandad.

CONCLUSIONES

1.- La gran reforma debe considerar que en las instituciones educativas que se financian con fondos públicos se desarrolla una auténtica comunidad educativa, que se debe representar en órganos colegiados que influyen y deciden en lo que concierne a su conducción; que esté integrado por los sostenedores, fundadores o representantes del Estado, en su caso, y los profesores, apoderados y alumnos. El sector privado debería imitar este proceso educativo si desea acceder a la categoría de comunidad educativa.
2.- La autonomía universitaria debe ser reforzada y tener rango constitucional.
3.- Debe superarse la dicotomía Estado y emprendimiento educacional y con las palabras de la máxima autoridad decimos:
Con mucha propiedad, Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, escribió lo siguiente:
“En este momento creo que, o se apuesta a la cultura del encuentro o se pierde. Las propuestas totalitarias del siglo pasado –fascismo, nazismo, comunismo o liberalismo– tienden a atomizar. Son propuestas corporativas que, bajo el cascarón de la unificación, tienen átomos sin organicidad. El desafío más humano es la organicidad. Por ejemplo, el capitalismo salvaje atomiza lo económico y social, mientras que el desafío de una sociedad es, por el contrario, cómo establecer lazos de solidaridad”.
4.- Reconocemos que pensamos y escribimos desde una filosofía, un humanismo cristiano que se proyecta en la sociedad. Ello, lejos de avergonzarnos, nos tonifica, nos ayuda en la búsqueda de las certezas, y por ello no ocultamos nuestras raíces, no buscamos en otras concepciones las respuestas que ofrecemos. No somos liberales, porque no creemos en el solo individuo, valga la redundancia, y tampoco en el Estado como motor absoluto ni mayoritario del bien común.
5.- Cada uno debe dejar claro qué defiende y qué anclaje tiene. Las reformas estructurales por ser tan necesarias requieren ser fundadas con claridad. Es lo menos que puede pedirse para que la discusión sea diáfana y su creación válida socialmente.
6.- No discutimos que la educación es un derecho de características polifacéticas; es un derecho claramente social y público, pero al mismo tiempo es de orden familiar y constituye un derecho personalísimo de los alumnos y las alumnas; esto está reconocido por los Pactos Internacionales y entramparnos indefinidamente en los instrumentos, que podemos perfeccionar en el tiempo, sería un error en un Chile que merece superar la discusión actual. Este artículo invita a un camino que se transita unidos o no nos llevará a ninguna parte. El bien común nos indica que el Estado, por cierto, debe fiscalizar y supervigilar la actividad educacional, en todos sus aspectos, pero haciéndolo siempre desde un claro punto de vista que considere la existencia de las comunidades que no pueden ser desconocidas o desvalorizadas y en estas siempre ha de primar el interés público relevante. El propósito central de estas comunidades debiera ser, por sobre todas las cosas meramente financieras o económicas, el desarrollo integral de todas las personas. Este es el fin u objetivo esencial que debe buscarse siempre. La sociedad del bien común se construye sobre la base de las comunidades.